A todos nos gusta pensar que tenemos cierto control sobre nuestras vidas, y muchas veces nos engañamos a nosotros mismos pensando que estamos al mando. Pero entonces pasa algo que nos recuerda que el mundo funciona con sus propias reglas, y no con las nuestras.
Y mirarme, aún sigo siendo la misma que era antes de ayer, con algún fracaso encima...
Y mirate.
No hay comentarios:
Publicar un comentario