Ahora me doy cuenta de que no tenia una razón cuando deje de creer en aquello que teniamos. Pero apesar de todo somos humanos, y por eso tenemos el don de equivocarnos una y otra vez. Asi es, tomamos malas decisiones, pero llega un momento en que hay que asumir la responsabilidad por los errores cometidos, y ser consecuentes con cada una de nuestras decisiones.
Hay situaciones en las que una persona tiene que luchar y otras en las que debe aceptar que ha perdido el rumbo de las cosas, que no hay nada que hacer en cuanto a algo o alguien y que solo un iluso seguiría intentándolo a pesar de los antecedentes de su historia. Pero que puedo yo decir si siempre he sido una ilusa.
Solo pido un poco más de tu atención, algún gesto tuyo, algún detalle… te lo he pedido de manera disimulada, con indirectas y no tan indirectamente y tú pareces no darte cuenta… Es cierto, siempre en una relación hay una persona que tira más que la otra, que es más atenta que la otra, que necesita más que la otra… pero como alguien me dijo alguna vez “llega un momento en que te acabas cansando de ser tú el que siempre tire”. Y sigo siendo tan ilusa de pensar que de un momento a otro me vas a sorprender y que todo esto lo estás haciendo para que me sorprenda aún más.
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